“El escenario es catastrófico”: Los incendios en Los Ángeles avanzan sin control y causan devastación
Los Ángeles enfrenta uno de los peores desastres naturales de su historia reciente. Cuatro grandes incendios, alimentados por los feroces vientos de Santa Ana y la extrema sequedad del ambiente, avanzan sin control en el condado, dejando un rastro de destrucción y muerte. Al menos cinco personas han perdido la vida, numerosas más están heridas y barrios enteros han sido devastados.
El inicio del infierno en Pacific Palisades
El caos comenzó la mañana del martes en Pacific Palisades, un área residencial conocida por sus mansiones y vistas al océano. Las primeras llamas aparecieron poco después de las 10:00 a.m. y, en cuestión de horas, cientos de hectáreas ya habían sido consumidas. Este incendio, considerado ya el más destructivo en la historia de Los Ángeles, ha arrasado más de 1.000 estructuras y dejado sin hogar a miles de personas.
“Es un infierno”, dijo Lori Libonati, una de las residentes obligadas a evacuar el área. Las vías de acceso al barrio, limitadas y estrechas, colapsaron rápidamente, complicando tanto la salida de los vecinos como el ingreso de los equipos de emergencia. La escena era de pánico: familias corriendo, conductores atrapados en el tráfico y bomberos luchando por llegar a las zonas más afectadas.
Otros incendios y recursos al límite
Mientras los residentes de Pacific Palisades intentaban escapar, otros tres incendios surgieron en diferentes puntos del condado. En Altadena, al norte de Los Ángeles, se desató el incendio Eaton, mientras que los incendios Woodley y Hurst comenzaron en áreas más alejadas, hacia Santa Clarita. A pesar de los esfuerzos, los recursos disponibles para combatir las llamas son insuficientes.
Los servicios de emergencia están trabajando al límite de su capacidad, con bomberos de condados vecinos y de estados como Nevada, Oregón y Washington uniéndose al esfuerzo. Sin embargo, la alta demanda de agua ha provocado que en algunos lugares los bomberos se queden sin este recurso esencial. Además, la destrucción de infraestructura por el fuego y los vientos ha dejado sin electricidad a 1,5 millones de hogares.
Evacuaciones caóticas y riesgos persistentes
El proceso de evacuación ha sido particularmente complicado en Pacific Palisades. Lucy Sheriff, periodista de la BBC y residente de la zona, describió la escena: “A las 10:45 observé llamas en las montañas de Santa Mónica, y en una hora Sunset Boulevard estaba paralizado. Dos horas después, hubo un ataque de pánico masivo con todos tratando de evacuar a la vez”. Sheriff relató cómo un padre corría con su hija para ponerse a salvo, mientras una mujer mayor pedía ayuda para subir a un auto, sin que nadie pudiera asistirla.
Escuelas y centros de salud también han sido evacuados, y se han habilitado albergues para recibir a los miles de desplazados. Sin embargo, muchas personas criticaron la falta de alertas tempranas y la ausencia de un plan de evacuación claro.
Condiciones sin precedentes
La gravedad de los incendios es amplificada por las condiciones meteorológicas extremas. Según Ariel Cohen, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Los Ángeles, los vientos de Santa Ana están alcanzando velocidades de hasta 160 km/h, ayudando a propagar las llamas rápidamente. “Estas son las peores condiciones para incendios que hemos visto en más de una década”, advirtió. Además, no se espera lluvia en los próximos días, lo que aumenta la dificultad para controlar la situación.
Para prevenir nuevos focos, las compañías eléctricas han implementado cortes de energía en áreas vulnerables, pero esto ha generado más desafíos para los residentes afectados.
Un llamado a la acción y la solidaridad
Ante la magnitud de la tragedia, el jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, hizo un llamado a la población: “Por favor, prioricen su seguridad y el bienestar de quienes les rodean”. Marrone también subrayó que el origen de los incendios está bajo investigación.
Mientras tanto, la comunidad local y los equipos de emergencia enfrentan un desafío monumental. Con barrios arrasados, vidas perdidas y miles de personas desplazadas, la recuperación será larga y difícil. Sin embargo, en medio de la tragedia, también emerge la solidaridad, con vecinos y organizaciones movilizándose para ayudar a los afectados.
Los Ángeles enfrenta una prueba de resiliencia, marcada por el fuego y el viento, pero también por la determinación de superar esta devastadora crisis.
Nota Tomada de BBC.com/mundo